Feliz Navidad!!
Mi época del año preferida. Tengo el blog bastante descuidado (y me siento muy culpable, no creais), y no puedo dejar pasar la Navidad sin colgar al menos una receta.
Nunca había preparado turrón, pero siempre hay una primera vez.
El turrón de yema ha seguido siendo siempre nuestro preferido, con mucha diferencia, y en nuestra mesa de Navidad no encontrarás mazapanes ni polvorones, pero el turrón de yema no falta nunca, bien quemado , como ha de ser.
Una vez fui a comprarlo en una tienda artesana donde lo hacen muy bueno, y el dependiente lo quemó justo antes de dármelo, y que pasó? pues que al día siguiente tuve que volver a comprarlo ya que con el olorcito que desprendia nos lo zampamos antes de llegar a casa.
Por eso, este año me he decidido a prepararlo yo misma, y tendría que haberlo hecho mucho antes, ya que si me gusta el que compraba, casero me enloquece.
Como siempre con una receta nueva, he probado las de varios blogs, y la que más me ha gustado es la de La Cuinera. No la he hecho completamente igual, pero casi, le pongo un poco menos de almendra molida, porque me gusta muy blandito, que casi se deshaga.
Las primeras barras que hice las llevé a la parada de mi hermana que tiene una envasadora de vacío y me los envasó (mooooltes gràcieeees Marta <3), y la verdad es que era tan práctico que me he comprado una envasadora doméstica, y ahora lo envaso ABSOLUTAMENTE todo. (eso casi merece una entrada por si solo)
También he tenido que comprar un soplete nuevo, el que tenia era muy pequeño y con poca potencia, al usarlo tanto rato se derretía la carcasa. Tengo un quemador pero hay que calentarlo mucho y uno eléctrico es muy caro, y el soplete que he comprado es mucho más económico y va perfecto.
He utilizado bricks de leche cortados a lo largo como molde, creo que la medida es ideal, se cierran los cantos con un poco de celo y para abrirlos cortamos el celo y se desmoldan al momento, los puedo regalar sin remordimientos y es la prueba de que son caseros.
Bueno, ahora que ya os he contado todos los preparativos vamos con la receta.
INGREDIENTES
- 300 gr. de almendra marcona molida
- 250grs de azúcar
- 80ml. de agua
- 5 yemas de huevo
- la ralladura de un limón
- 1/2 cucharadita de canela en polvo (al gusto)
Para la cobertura de yema
- 100ml. de leche entera
- 120 grs de azúcar
- 2 huevos enteros
- 20 grs. de maizena
- una pizca de canela
- abundante azúcar blanquilla para espolvorear por encima y quemar.
Preparamos antes que nada los moldes que vamos a usar, poniendo una hoja de papel de horno en el fondo y paredes.
Ponemos a calentar a fuego suave el agua con el azúcar hasta que alcance los 114ºC Entretanto ponemos en un cuenco (yo lo hice con la Kitchen aid, que para eso va de maravilla) las yemas con la ralladura de limón y la canela, cuando el almíbar esté listo, batimos las yemas con las varillas al tiempo que vamos incorporando el almíbar lentamente. Subimos la velocidad y batimos unos minutos hasta esté tibio y tengamos una crema pálida.
Entonces añadimos la almendra molida, y con la pala mezclamos a baja velocidad, sólo lo justo hasta que esté bien mezclado.
Repartimos la masa entre dos o tres moldes, depende del grosor que queramos darle, aplanamos bien.
Los cubrimos con papel film y los dejamos reposar a temperatura ambiente, el tiempo de reposo es relativo, cuanto más tiempo pase, más consistencia cogerán, lo ideal para mi, es dejarlos toda la noche, pero he preparado unos que no han reposado nada y, aunque son más delicados de manipular, también han quedado bien.
Para terminarlos, prepararemos una yema con los ingredientes que ya he dicho antes.
Cubrimos una bandeja con papel film y la reservamos.
Diluimos la maizena en un tercio de la leche a temperatura ambiente o fría y añadimos los huevos y la canela, batimos bien.
Calentamos el resto de la leche con el azúcar removiendo un poco, cuando empieza a hervir la retiramos del fuego y la vamos incorporando a la mezcla anterior poco a poco, sin dejar de batir.
Lo devolvemos al fuego sin dejar de remover hasta que espese.
Lo extendemos sobre la bandeja cubierta con papel film y dejamos que entibie.
Preparamos una superficie resistente al fuego ( yo usé una bandeja de horno) y sacamos los turrones de los moldes, espolvoreamos la parte más lisa con azúcar y la quemamos con el soplete. Esperamos unos minutos que se enfríe y les damos la vuelta.
Los cubrimos con la yema preparada, que quede gruesa, la utilizamos toda, la espolvoreamos con azúcar abundante y lo quemamos bien, aunque se derrame por los lados no importa.
Cuando se haya enfriado lo podemos volver a poner en los moldes y entonces podemos decidir si lo envasamos al vacío o lo congelamos, de los dos modos queda perfecto, aunque si no vamos a tardar en consumirlo lo podemos dejar tal cual, pero con cuidado, si lo dejamos destapado se seca mucho.
- Hay que ir con mucho cuidado al quemar el azúcar, para no quemar la superficie donde lo hagamos. Tambien hay que hacerlo sin el molde, sino se quemarà tambien.
- Si vamos a hacer dos barras, la cantidad de yema es la correcta, pero si hacemos tres, habria que aumentar un poco la cantidad.
- Es una buena idea quemarlo por las dos caras, así es mucho más manejable.
- No me gusta ponerlo en la nevera, prefiero mantenerlo a temperatura ambiente, el sabor y la textura pierden mucho con el frío.
- El reposo se puede hacer tal cual o con un peso encima, todo depende de lo compacto que queramos el resultado.
- Parece complicado, pero si tenemos los útiles adecuados, (un termómetro, por ejemplo) no es nada difícil.
- Este turrón no lleva gluten, como casi niguno.





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