Éste es un plato de los más sencillos que existen, y si tenemos un poco de previsión es ideal para preparar en un momento, cuando llegamos a casa con el tiempo justo o para llevar de tupper al trabajo. De un día para el otro no está nada mal.
INGREDIENTES
- Dos vasos llenos de couscous
- Dos vasos llenos de agua con un poco de sal
- Aceite de oliva virgen
- Un calabacín
- Una berenjena
- Un pimiento rojo
- Una cebolla
- Dos dientes de ajo
- Dos pechugas de pollo
- Seis jamoncitos de ala de pollo
- Sal, pimienta y comino molido.
Lo primero que tenemos que hacer es trocear todas la verduras en daditos, la berenjena la pelamos y la dejamos antes cortada en rodajas y con un poco de sal para que sude.
En una sartén con un poco de aceite freimos la cebolla, a los tres minutos añadimos los ajos picados y el pimiento, después la berenjena secada y cortada en daditos, y por fin el calabacín.
Lo dejamos pochar un buen rato hasta que toda la verdura esté hecha y lo reservamos.
Hervimos el agua con un poco de sal, ponemos el couscous en un bol y echamos el agua encima para que se hidrate.
Entretanto, cortamos las pechugas en trozos de la medida de un pulgar, sazonamos con sal, pimienta, y un poco de comino en polvo, salteamos los trozos y los jamoncitos en un poco de aceite.
En unos 5 minutos, cuando el couscous esté hidratado, le echamos un chorrito de aceite y lo revolvemos bien para que se suelten los granos, añadimos las verduras con el líquido que hayan soltado, y el pollo, también con su juguito.
- Podemos preparar la verdura el día antes, y en el momento de preparación saltear el pollo y unir todos los ingredientes
- La verdura que utilicemos puede variar dependiendo de la temporada y de lo que nos guste o nos apetezca. Es un plato ideal para aprovechar los restos de verdura que nos quedan en la nevera.
- Lleva gluten.